Por qué consultar a un coach. Por Leonardo Wolk.

Por qué consultar a un coach. Por Leonardo Wolk.

Momentos de cambios

Una ayuda para resolver conflictos, poder hacer algo que antes no se podía, comprender lo que no se entendía y adquirir nuevas oportunidades o herramientas.

Cuando una persona decide comenzar un proceso de coaching puede obrar bajo el impulso de motivos muy diversos, pero en general se debe a que aparece alguna circunstancia que le genera incomodidad, dolor o un sentimiento de incapacidad para resolverla.

A veces es un conflicto a nivel personal, otras se trata de un objetivo profesional. En cualquier caso, aquello que lo aqueja es denominado “quiebre”. Esto lo lleva a consultar a un coach, con la esperanza de obtener algunas respuestas.

Pero para entrar en el proceso de coaching es necesario que quien consulta comience por aceptar que hay cosas que no sabe, no puede o no tiene… y quiere saber, poder o tener. Esta “brecha” entre ambas situaciones es un requisito indispensable para que tenga lugar el proceso.

Quien consulta al coach tiene un conflicto que, para poder destrabarse, requiere una mirada distinta.

Cada uno de nosotros es un “observador”, alguien que mira el mundo desde su historia, su cultura, sus experiencias, su vida toda, y le da sentido a algo que observa. Aunque todas las miradas e interpretaciones son igualmente legítimas, muchas veces el coacheado se aferra a lo que ya conoce.

Si el coacheado puede admitir que algo le falta, en él surgirá la necesidad de respuestas, y ese será el vehículo para una transformación. Lo que se busca es poder hacer algo que antes no se podía, comprender lo que no se entendía, adquirir las oportunidades o herramientas de las que antes se carecía… o sea, reducir esa brecha.

En ese camino, que puede ser complejo y desafiante, el coach puede ocupar muchos roles: ayudando a indagar como una suerte de detective; facilitando la comprensión, acompañando al otro en sus cuestionamientos internos. Para ello, una de las herramientas utilizadas es la pregunta, formulada de manera tal que no tenga respuestas específicas.

El coacheado debe cuestionar su mirada del mundo, salir en busca de nuevos y diferentes sentidos para encontrar las respuestas que está necesitando, y en esa estrecha relación, el coach trabajará para que quien lo consulta comprenda que el poder para producir aprendizaje y transformación está en sus propias manos.

Por eso, decimos que el coach es un “prestador” de preguntas”. La investigación en el proceso de coaching se realiza no sólo para obtener información sino fundamentalmente y de una manera metodológica, como una forma de “prestarle” al coacheado las preguntas que éste no se hace, invitándolo a la reflexión para que encuentre sus propias respuestas, las que lo llevaron a consultar a un coach.

* Leonardo Wolk es autor de “Coaching para Coaches. Teoría y práctica de la supervisión”, Gran Aldea Editores; leowolk@arnet.com.ar.

http://www.clarin.com/buena-vida/tendencias/consultar-coach_0_1070893151.html

 

Por Leonardo Wolk. Citado de: Diario Clarín. Buena Vida.

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